Patricia Ordaz, mejor conocida Xochitzin, tiene un color de voz de soprano ligero. Ella y la Quetzal Band brindarán dos conciertos, que viajan entre el documental y el ritual, titulados “Polifonía Metamórfica: Antropología de la Mariposa”.

La artista e investigadora comparte con EL UNIVERSAL Querétaro que serán dos conciertos retrospectivos de la música compuesta por Xochitzin, desde 2010 hasta 2022 y es un proyecto “que se ha ido trabajando invitando a músicos que conformaron la experimentación sonora en la que fusionamos instrumentos de origen étnico, de origen etnográfico, es decir, que he recogido en viajes a partir de los estudios de maestría”.

Una investigadora

El trabajo de Xochitzin se acerca al público en una “fusión con ritmos latinoamericanos y también encontrando un poco mi negritud. De esta manera traemos cumbias, bolero, danzón, tango, milonga, pero todo tocado con percusiones étnicas y todos estos instrumentos que te estoy platicando. Cabe resaltar dos tambores, que son dos tambores lacandones que me los regala el señor Antonio, uno de los últimos curanderos que hace la ceremonia de Balché. Por ello se llama un concierto documental y ritual”.

Las piezas musicales que se presentarán en los recitales parten de los estudios en la maestría de dirección escénica y de performances culturales.

Xochitzin puntualiza que se trata de “cómo analizar los performances o las ceremonias que hay en las comunidades indígenas, de eso se trata la maestría. Y la de dirección escénica también fue encaminada a los cantos de María Sabina, y de cómo se trabajan los repertorios en voz a nivel vocal mexicanos, pero no los repertorios a los que estamos acostumbrados, ya sea canto erudito o popular, sino tanto indígena como el acercamiento con los curanderos o con la gente que se dedica a cantar, sobre todo en las ceremonias rituales, cómo se maneja la voz, cuál es el referente para ellos al emitir sonido. Con base al acompañamiento a algunos curanderos es que se hicieron estas dos tesis y de eso se desprendió el uso de los instrumentos etnográficos y los instrumentos de inspiración precolombina, que son instrumentos hechos por artesanos contemporáneos, que son algunas réplicas de instrumentos del Museo Nacional de Antropología o instrumentos que también son de recomposición contemporánea”.

Ritual en el escenario

Xochitzin advierte que el concierto también será un ritual para tocar todos los instrumentos. “Al inicio se hace un ritual de petición de permiso, es un montaje pensado en una ceremonia. De principio a fin es una ceremonia en la que la intención o el efecto en el público pretende ser sumergirse en esta ceremonia musical, en esta ceremonia documental”.

¿Cuál ha sido el mejor o el más divertido descubrimiento que has tenido a propósito de esta investigación?

Lo que se provoca con los cantos, hay muchas historias, como por ejemplo el querer hacerlo desde la etnomusicología o desde la musicología, que es como querer encuadrar en una partitura o analizarla después. La etnomusicología nos plantea que no, que hay que revisarlo desde un contexto y precisamente performativo para cuestión metodológica, pero dentro de esto la parte escénica es importante qué hace el performer, el curandero. Yo le llamo trayectoria cantada y cantografía de lo sagrado. A veces pasan cosas. Hay una anécdota que tenemos grabada que no se presenta en el concierto, que es cómo se inunda una casa a partir de estar investigando los cantos de María Sabina”.

Para la artista es muy importante “la revalorización de los repertorios mexicanos que hemos dejado en el olvido”.

Los conciertos serán en el Patio Morisco del Museo de la Ciudad, el 22 de agosto, a las 19:00 horas, con recepción a las 18:30 hrs. Y La Gaviota Teatro, el 30 de agosto a las 20:30 horas con recepción a las 20:00 horas.

Foto: Demian Chávez
Foto: Demian Chávez
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