Más Información
Los minutos negros es el nombre de una novela escrita por Martín Solares, que al llegar a las manos de Mario Muñoz (director de Bajo la Sal) descubrió la historia para una película; 14 años después finalmente la cinta se estrenó a través de la plataforma digital ViX+, con un guion en el que hicieron mancuerna los mismos Mario Muñoz y Martín Solares, la buena relación de este proyecto ya los llevó a encaminar otro, aunque por ahora están dedicados a promover Los minutos negros.
“A finales de los años 70, en la ciudad petrolera de Paracuán, el joven teniente Vicente Rangel (Leonardo Ortizgris) enfrentará los días más oscuros de su vida al tratar de atrapar al Chacal, un asesino serial de niñas que se esconde bajo una red de corrupción y poder”, esa es la sinopsis de Los minutos negros, aunque la película es todo un viaje, un viaje muy entrenido y planeado especialmente para el público.
Leonardo Ortízgris, Kristyan Ferrer, Sofía Espinosa, Carlos Aragón, Enrique Arreola, Mauricio Isaac, José Sefami, Juan Carlos Remolina, Enrique Singer, Paloma Woolrich y Tiaré Scanda, son los actores que dan vida a esta historia.
“Un día, mientras editaba Bajo la Sal, mi primera película, salí a caminar pensando en cuál podría ser mi siguiente proyecto. Entré a una librería que ya no existe y me topé en el mostrador con un libro que marcaría mi vida durante la siguiente década. Era un libro recién editado, con un gran título, una trama policíaca original y profundamente mexicana. La escritura era inteligente, oscura, divertida, emocionante y llena de personajes y escenas que parecían listas para saltar a la pantalla. No me extrañó nada que pronto empezara a recibir elogios de la prensa internacional que colocaban a Martín Solares como una de las nuevas voces de la novela negra latinoamericana. Supe de inmediato que quería que ese libro, Los minutos negros, fuera la base para mi siguiente película”, relata el mismo Mario Muñoz.
En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, Mario platica que el proceso para realizar el guion fue “tremendamente largo y gozoso. A los dos nos costó mucho trabajo alejarnos de la novela, y al final, hay una metáfora que a Martín le gusta mucho y dice que es como un perfume y sí, creo que es eso, no te puedes quedar con la novela, pero sí con un aroma, una sensación de la novela, e igual que a las flores las tienes que torturar un poco para que suelten la esencia, entonces nosotros tuvimos que ir deshaciéndonos poco a poco de cosas que nos encantaban de la novela y no iban a poder entrar en la película”.
La realización de la cinta, explica, fue hecha pensando en el público, de ahí que se exhiben temas de violencia, pero finalmente resulta ser un filme divertido.
“Lo más importante es que yo hice esta película para el público, el tema de los festivales, los Arieles, es una cosa que te lleva a pensar: es una película de arte. Y no, es una película divertida, estrujante, emocionante, en donde uno se involucra tremendamente con los personajes y sufre con ellos, te metes en la historia, pero de algún modo la hice con mucho ritmo, con muchas ganas de que la gente se entretuviera, porque parece que cuando hablamos de tema de policía, corrupción, tenía que ser una lección de historia, de esas fuertes que son como medicinas feas de doctor, y la verdad es que esta es una película que sí dice cosas sobre muchos de los temas que enfrentamos en México, y permite que el espectador decida el nivel que la quiere ver”.
“Desafortunadamente, los temas de esta historia de los años 70 siguen siendo más relevantes e inquietantes que nunca: La violencia hacia las mujeres, los riesgos de ejercer el periodismo, la justicia en manos del mejor postor y el petróleo y sus efectos corruptores siguen estando en el centro de nuestras preocupaciones. La idea justamente es usar una ficción profundamente imaginada y un género emocionante para hacernos sentir y pensar el papel que tenemos y las decisiones que tomamos como individuos frente a los oscuros engranajes que mueven una parte de nuestra realidad”, explica el director.
Más allá del libro
El primer corte de la película lo vio Mario junto a Martín Solares, ese momento fue definitivo para dar vida a la cinta, una vida propia más allá del mismo libro escrito por Solares.
“Estábamos a punto de filmar, y él empezó a referirse a la película como ‘Los minutos negros de Mario Muñoz’ y claro, ‘Los Minutos negros de Martín Solares’ya están en las librerías, ya se escribió, ahora es, qué quieres decir tú con esta historia, y eso creo que eso nos liberó a los dos, yo sentía una gran responsabilidad de que él me hubiera dado los derechos de la novela y de algún modo yo, hasta que vi el primer corte, con él, y vi cómo salió feliz de la salita donde la vimos, fue ahí donde yo sentí de que había llegado a buen puerto”.
