La tradición popular navideña más antigua en Santiago de Querétaro y con más años en América Latina, son los Carros Bíblicos, un desfile que ideó José María Sotelo. Su primer recorrido por calles de nuestra ciudad fue el 24 de diciembre de 1826, con 14 escenografías cargadas en carretas, para representar pasajes del Nacimiento de Cristo.
El Heraldo de Navidad de 1900, publicación que inició su historia ese año (en principio por entregas semanarias), da cuenta de los Carros Bíblicos en el número 2 de fecha 2 de noviembre, en una publicación dedicada al tema, con el título “Los Carros de Navidad”.
La editorial dice que los arreglos y detalles escénicos estuvieron a cargo del señor Desiderio Reséndiz, quien desempeñó años anteriores la responsabilidad de Presidente de la Junta de Navidad.
Y destaca la creatividad de Reséndiz, calificando a los Carros de preciosas concepciones para que el primoroso conjunto de aparatos rodantes de la Noche de Navidad, sea una sorpresa deslumbradora, admiración de propios y extraños como ha sido siempre el desfile de alegorías bíblicas de la Noche Buena; que las decoraciones de los carros son lujosísimas y una pequeña orquesta acompaña en cada uno de ellos el relato melódico de la escena y pondera que cerca de 500 niños se ocuparon para montar las representaciones bíblicas; firma el texto, el señor Carlos Lijero.
El Heraldo número 5 de fecha 23 de diciembre de 1900, en la sección Palique Hebdomadario, publicó la relación de carros que desfilaron ese año: La formación de Eva, El Becerro de Oro, La caída de los muros de Jericó, La ciudad de Dios, La muerte de Sisara, La audiencia de los enviados de Hiram a Salomón, El triunfo de Mardoqueo, El desmayo de Esther, La cena de Baltasar, La escala de Jacob, La jornada y La cabaña; 12 carros.
Otro antecedente curioso lo refiere El Heraldo de Navidad número dos, publicado el 31 de enero de 1920, y editado por la Junta de Navidad de 1919 en la sección “Crónica”, escrita por el cronista suplente (no se sabe el nombre) pero éste menciona… “cuéntase que hace muchos años se suspendió la feria anual (Fiestas de Navidad) por no sé qué motivo. En los primeros años de su gobierno el señor Cosío tomó empeño en que se hiciera nuevamente y se logró efectuarla sin interrupción hasta el año de 1913, último en que se hicieron conforme a las antiguas costumbres”.
José A. Bustamante publicó en El Heraldo de Navidad año 1938 un artículo que tituló “La Navidad de Antaño. Recuerdos del tiempo viejo”. El texto dice: “abre la marcha una procesión de arrogantes batidores ‘gigantes y cabezudos’, vulgo ‘enanos’ que simbolizan según autorizadas opiniones, que al nacimiento de Jesucristo, huyeron vergonzosamente ante la luz de la verdad, todos los espíritus malos y supersticiosos que reinaban en el mundo, acompañados en sus bailes por tamborcillos clásicos”.
El número de Carros Bíblicos se ha modificado con el tiempo; El Heraldo de Navidad de 1947, en un artículo que firma Juan Carmona, afirma que generalmente eran antes de ese año de 12 a 16, escenografías y da cuenta solamente de los carros que señala desfilaron ese año: El Paraíso, Sueño de Jacob, Becerro de Oro, Arca de la Alianza, Triunfo de Mardoqueo, Coronación de Esther, Murallas de Jericó, Voto de Jefté, Triunfo de Judith, Juicio de Salomón, Cena de Baltasar, Ciudad de Sión, Jornada, Reina Vasti, La Cabaña y Misterio de los Leandros; 16 carros.
En la década de los años 40, El Heraldo de Navidad de 1943, en la sección de crónicas, relata que al frente del desfile de los Bíblicos, que eran 12, iban las típicas mojigangas y los cabezudos bailando al son de chirimías y tamborcitos; las danzas de vistosos penachos, las farolas de los barrios, todo con repique de campanas del templo de San Francisco.
El propio Heraldo de 1940 en su artículo sobre la Navidad de 1890, dice que los carros llevaban música de cuerda acompañando los coros con sus temas correspondientes. En aquellos años el recorrido de los Carros Bíblicos terminaba a las 12 de la noche y la gente iba en seguida a la misa de gallo.
A través del tiempo se ha nombrado de distintas formas a los Bíblicos: Rosario de Navidad, Paseo de Navidad y Desfile de Carros Bíblicos.
Al paso de los años y a pesar de las transformaciones de la ciudad Santiago de Querétaro, ha sufrido algunas variaciones la costumbre popular pero sin perder la esencia; han cambiado las circunstancias del desfile, se ha reducido la magnificencia de volumen y altura, utilizándose otros materiales con los que se fabrican las escenografías, porque hace años, todavía por 1950-1960.
Lo anterior es una breve muestra retrospectiva de las diversas formas en que se han presentado los Carros Bíblicos, y que nos dan noticia clara de ellos en su transcurso por la historia intramuros de la ciudad Santiago de Querétaro que los vio nacer hace 193 años.