Para la pintora Gabriela Cortés la pandemia ha posibilitado crear nuevas atmósferas de conocimiento, de trabajo y relaciones humanas.
En medio de la complicada situación que otorga el confinamiento y el paro de actividades presenciales, ha tenido la genial idea de devolver el conocimiento que ha recibido generosamente en las artes por colegas pintores y en la academia de Nueva York.
Para ello ha generado un taller a manera de tutorial en línea dirigido a esas personas que “tienen esa hambre [de conocimiento] porque es muy difícil de saciar, pues no tienes la información, es muy complicado llegar a ella. Mi idea es compartir este conocimiento con los que lo necesitan, porque cuando uno tiene la pasión por el dibujo, necesitas información que te ayude a mejorar, compartir y comunicar mejor.”.
Los tutoriales son gratuitos a través de su cuenta de Instagram @gabriela.cmr . La autora fundamenta que “hacerlo gratis y hacerlo sin ningún fin de lucro para mí es muy importante, porque me fue difícil llegar a la educación académica. Afortunadamente tuve una beca [en Nueva York]. El dibujo es muy celoso porque requiere mucha práctica, además de información y conocimiento. Entre yo más sepa, más quiero compartir”.
Las dinámicas de estos tutoriales son para cualquier persona. Cortés indica que “las transmisiones son en vivo en Instagram y no se requiere ningún tipo de inscripción ni nada, cualquier persona puede entrar y verlas. Los tutoriales tratan sobre soluciones académicas tanto de composición como de perspectiva, con un trabajo al natural. Me ha pasado que cometo errores y explico como los soluciono. Además de que me pueden hacer preguntas en vivo. Al finalizar el curso voy a regalar esa pieza que se realice”.
La artista devuelve con estos tutoriales una bofetada con guante blanco a todas las instituciones que no la aceptaron cuando buscaba cursar estudios en Querétaro y Guanajuato. Sin embargo la Academy of Art de Nueva York encontró en ella el suficiente talento para becarla para estudiar. Además de esta academia, artistas nacionales le aceptaron en sus estudios como aprendiz.
El sector artístico es uno de los más golpeados por la pandemia, y Gabriela explica que “ya no pude terminar mi maestría en la academia, tuve que posponer un año mi tesis. Ha sido un golpe fuerte porque en Nueva York estaban las cosas todavía más complicadas que acá [en México] entonces tuve que abandonarlo. Y en cuanto a las ventas también ha sido complicado. Afortunadamente los patrocinadores que me ayudaron a llegar a la academia en Estados Unidos con los que teníamos proyectos están en pausa”. Afortunadamente ha tenido encargos que le han ayudado a sobrevivir.
Con respecto a las políticas públicas, Cortés comenta que ha faltado estrategia para el manejo de la pandemia para incluir el arte como una herramienta de contención dentro del confinamiento.
“Si algo pudiera ayudar a sobrellevar (el confinamiento) es el arte. El arte nos puede salvar de caer en la locura, es lo más humano que hay. Y el hecho de poder compartir nuestras experiencias y utilizar el medio de comunicación que es la pintura o el dibujo es algo que nos puede salvar. Es una responsabilidad de las personas que se dedican a cualquier disciplina artística. Principalmente en estos tiempos”.
Considera que no solo en esta época de pandemia ha faltado iniciativa. “Siempre ha faltado el apoyo real. La cultura es una necesidad del ser humano”.
En el trabajo de la artista, además de su impecable técnica se encuentran ejes temáticos, como la autorrepresentación, escenas de vida cotidiana y la muerte, temas que constantemente están en su mente.
La muerte ronda en su mente desde hace muchos años ya que puede ser interpretada de muchas maneras. Comparte que ha “vivido la muerte desde muchos ángulos, como desde algo que nos hace iguales, sea quien sea todos nos vamos a morir. Y eso es un punto de igualdad. Pero también he sentido mucho miedo a la muerte, por eso representarla es una especie de catarsis. Es una constante en mi vida y constante en la obra.
“El oficio que yo elegí del dibujo y la pintura son oficios muy solitarios. Por tanto mis temas son la muerte, la soledad, la intimidad, porque es parte de mi día a día. Me gusta explorar a través del dibujo, cuando hago autorretratos termino viéndome de una forma que no sabía que era. A veces una se cuestiona cuando ve el resultado ‘¿Pero por qué estoy tan triste?, ¿Por qué me veo rara?’ Proyecto cosas que no sabía que proyectaba. Es una forma de conocerse, y para entender mi entorno y como convivo con él. Al espectador le otorga un poco una mirada voyeur. Todos compartimos cierta intimidad. A veces me muestro en situaciones vulnerables, cada cuadro es como vulnerarme. Espero que el espectador encuentre algo de sí mismo ahí, que le sea simbólico, porque todos hemos sentido la soledad, la depresión, la ansiedad y la alegría”.