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Nació en Cuba y a los cinco años de edad inició sus estudios de violín, ahora Zoila de Jesús Rodríguez del Campo celebra 25 años de haber llegado a México, país en donde no solamente ha sido reconocida su maestría musical, caminando junto a la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ) desde 1995 hasta la fecha, también ha formado una familia junto a Jerry Fuentes y sus hijos Geraldine y Alexander.
La historia de Zoila de Jesús inició en La Habana, Cuba, donde comenzó sus estudios en el Conservatorio de Música “Manuel Saumell” con la maestra rusa Alla Tarán y se graduó de nivel elemental como alumna distinguida.
Continuó el nivel medio en el Conservatorio de Música “Amadeo Roldán”, en la ciudad de La Habana, con los maestros Alexis Borges Lugo y Roberto Valdez Souto. En 1992 se graduó de profesora de violín e instrumentista, obteniendo título de honor con sello de oro. En ese mismo año comienza sus estudios de licenciatura en el Instituto Superior de Arte, también en La Habana y culmina en México, en el Conservatorio de Música “José Guadalupe Velázquez” de Querétaro con mención honorífica.
Fue integrante de la Orquesta de Cámara de La Habana “Brindis de Salas”, del Centro Nacional de Música de Concierto, de la Camerata “Romeu” bajo el auspicio de la Fundación Pablo Milanés, donde desempeñó el puesto de concertino. En ese tiempo fue cuando llegó de gira a territorio mexicano y la invitan para que regrese a formar parte de la Orquesta Filarmónica de Querétaro, bajo la batuta de Sergio Cárdenas.
De 1998 al 2000 integró la Orquesta de Cámara de San Miguel de Allende como concertino, bajo la dirección del norteamericano Jonathan Hartzler. También fue violinista del Dúo Concertante de la Habana, e integrante del Cuarteto “Roldán”, que fue fundado por el pedagogo búlgaro Radosvet Boyadjiev, difundiendo tanto la música nacional cubana, como repertorio universal escrito para este tipo de agrupación.
El Ministerio de Cultura de la República de Cuba le otorga el Premio “Caracol”, además obtuvo mención honorífica por su participación en el Segundo Ciclo de Conciertos organizado por la Escuela de Laudería del INBA, y el grupo ARAR de la Embajada de la República de Cuba reconoció su destacado trabajo en la ejecución, difusión y enseñanza de la música cubana y universal en México.