El 10% de los perros que van a revisión con médicos veterinarios son diagnosticados con algún problema cardiovascular.
Los factores que pueden desencadenar estos padecimientos son múltiples, aunque el más común es la carga genética de cada animal, pues los perros que pesan menos de 20 kilogramos son más propensos a tener problemas en las válvulas cardiacas, mientras los que pesan más de 25 sufren otro tipo de insuficiencias, debido a que su corazón no logra cumplir las necesidades de un cuerpo tan grande, explica Emilia Tobías, veterinaria y asesora técnica en el laboratorio Boehringer Ingelheim.
“Es muy importante conocer las enfermedades de corazón que tienen nuestras mascotas, como la cardiomiopatía dilatada, que es una de las insuficiencias cardiacas más frecuentes, algunas son muy comunes y son muy graves, se detectan generalmente cuando la enfermedad está avanzada; estas enfermedades pueden resultar mortales para nuestras mascotas.
“Actualmente, debido al tipo de vivienda y a las actividades que realizamos fuera de casa, tendemos a tener razas más pequeñas de animales, aunque son estos los más propensos a tener alguna complicación con sus válvulas, tanto ellos como los perros muy grandes, que pesan arriba de 25 kilos son los más propensos genéticamente a tener algunos de estos padecimientos”, detalla.
Los síntomas que debemos tener presentes para sospechar de alguna enfermedad cardiovascular en los perros son: poca resistencia a los ejercicios y una tos constante.
La veterinaria dice que es imposible prevenir las enfermedades cardiovasculares en perros, las cuales tampoco se pueden combatir, únicamente controlar, por lo que aconseja diagnósticos preventivos para alargar y mejorar la vida de nuestra mascota.
“Una enfermedad cardiaca se monitorea en las consultas generales, sólo se requiere el estetoscopio y con eso el veterinario puede descartar la enfermedad o pedir estudios más específicos; la consulta constante es la mejor”.