De la mano de un grupo de empresarios, encabezados por Diego Niembro, se auguran nuevos tiempos para el Zoológico Wamerú, que ahora se conocerá como Gran Reserva Ecológica Wamerú, y reabrirá el próximo 21 de marzo, para en diciembre hacer su relanzamiento.
El zoológico aún es el mismo. Los trabajos de remodelación apenas comienzan. Los hábitats de las diferentes especies de animales que ahí viven siguen siendo los mismos… por ahora.
Los búfalos cafre, originarios de África observan a lo lejos a los humanos que guiados por Alejandro Mendoza, responsable técnico ante la Semarnat de la Gran Reserva Ecológica Wamerú, explica a los invitados especiales y representantes de los medios de comunicación los diferentes hábitats de las especies animales. Desde los gansos y flamingos, hasta los leones y antílopes, especies que llaman la atención por ser exóticas y de otros continentes lejanos.
Cocodrilos bajo el agua, jabalíes, leopardos, tigres, jirafas, lemures, chimpancés, son algunas de las especies que tendrán mejores espacios, luego de que en semanas pasadas se denunciará el mal estado de los espacios para los animales.
Antes, en conferencia de prensa, la secretaria de Turismo, Adriana Vega, dice que le da orgullo que el gobernador Mauricio Kuri haya dejado claro que Querétaro es un estado que avanza. “Creo que este es un ejemplo de que en equipo la responsabilidad social que tienen estos empresarios en tomar esta batuta y dar un ejemplo de comunidad y de una comunidad distinta de rescate”, afirma.
Agrega que este proyecto podrá enseñar a los niños y adultos cómo generar una sociedad más responsable y empática.
Acompañado de su hermano Gabriel, Diego Niembro, del consejo directivo de la Gran Reserva Ecológica Wamerú, al tomar la palabra, dice que vienen trabajando desde hace unos meses en el proyecto. “Hoy aquí anunciamos con mucho entusiasmo el proyecto Nuevo Wamerú, en el cual hemos venido trabajando desde hace meses. Es un proyecto de transformación impulsada por una inversión exclusivamente privada, con el objetivo de convertirlo en un referente en México. El proyecto está fundamentado en tres pilares: Bienestar animal, educación ambiental y la recreación ambiental”, abunda.
Explica que el zoológico se rentó por 20 años, y la inversión es de 80 millones de pesos. Agrega que se invertirá en hábitats e infraestructura física ambiental, además de que se abrirán tres restaurantes y cabañas para que los visitantes puedan pasar la noche en el zoológico. También explica que hasta hace un tiempo el zoológico tenía siete trabajadores. Ahora, se tiene estimado que la plantilla laboral sea de 185 empleados.
También adelanta que buscarán relaciones y alianzas nacionales e internacionales para compartir y aprender las mejores prácticas en conservación y educación ambiental. “Para nosotros, como empresarios, este proyecto más que una inversión, es un compromiso hecho con alegría y con pasión, porque creemos en un Querétaro con espacios que protejan el bienestar animal”, enfatiza.
En tanto Enrique Guerrero, director general de la Gran Reserva Ecológica Wamerú, indica que apostarán todo al proyecto educativo, a la conciencia, la sensibilización hacia la fauna, al tiempo que adelanta proyectos con universidades.
“Buscamos generar seres humanos conscientes, amantes de los animales. Debemos de saber que las personas que aman a los animales aman al prójimo. Es parte de este concepto, del fundamento y las bases con las cuales comenzamos esta era de Wamerú”, subraya.
Resalta que la conservación de muchas especies se deba a los zoológicos, pero en el caso de Wamerú se quiere cambiar todo el concepto, para que este espacio también sirva para la reinserción de especies en sus entornos naturales. Añade que se cuenta con cinco veterinarios para esta primera etapa.
Ya en el recorrido, Diego Niembro acompaña a los visitantes. Se detiene de manera especial en la jaula de los leones africanos. Los dos ejemplares lucen saludables, con buen peso y aspecto.
El hábitat de los hipopótamos, uno de los criticados en redes sociales semanas atrás, es limpiado por dos trabajadores que llevan a cabo sus actividades a unos metros del considerado el más peligroso de África. Sin embargo, los ejemplares lucen tranquilos. “Como ahorita están en su alberca están tranquilos. No tienden a salir porque ya comieron”, dice José Marcelino, quien desde hace dos meses trabaja en el parque.
Relata que entró a trabajar porque sus hermanos también trabajan en el zoológico.