María Erika Mendoza es una mujer que adoptó como compañero de trabajo a Alex, un elemento de cuatro patas, con quien todos los días hace equipo para mantener la seguridad en el municipio metropolitano de Corregidora.
“En este momento participo en el grupo de la Policía Canina, es un grupo en el que se entrenan a los perros. Yo, junto con otros compañeras y compañeros, compartimos turnos con los perritos y nos dedicamos a patrullar el municipio todos los días”, nos cuenta María Erika.
Relata que su ingreso se dio hace doce años a la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Corregidora, donde se integró en un principio a la Policía Preventiva, donde duró dos años, “y después me pasé al grupo de la Canina”.
Actualmente, refiere, lleva diez años de trabajar con perros policía, aunque relata que para ingresar a la corporación cursó su academia respectiva, con la cual adquirió los conocimientos básicos de esta difícil y peligrosa profesión en la cual, “todos los días ponemos en riesgo nuestra vida”.
Pese a que es una profesión difícil, apunta que ya hay muchas mujeres integradas a la Policía Municipal de Corregidora, “aunque en el pasado era un trabajo más para los hombres, pero ya en este momento es común ver que la mujer le entró al ámbito policial también”.
“Yo soy una mujer que me gusta servirle a la gente y eso lo traigo ya de familia, pues mi papá también es policía municipal, aquí en Corregidora. Adicional a ello tengo un hermano en la Policía Estatal”
“Ese gusto de ser policía se lo debo a mi papá”, subraya María Erika quien agrega que es un orgullo portar el uniforme policial, “para que vean que las mujeres también estamos para ayudar a la ciudadanía.
“Yo siento un poco más de adrenalina y emoción cuando vengo a trabajar y me pongo el uniforme, eso también me cambia, me pongo de mucho ánimo, pues me siento con más energía, todo eso no lo cambio por otro trabajo. Mi trabajo me encanta y lo disfruto mucho, gracias al apoyo que tengo de mi familia”, dice enfática.
Comenta que todos los días sale de su casa, pero por la complejidad del trabajo no sabe si regresará bien, “aunque eso no le quita la emoción con la que vivo mis ocho horas de trabajo”.
Relata que sus tres hijos se sienten orgullosos de su mamá, “yo soy un buen ejemplo para ellos, ellos se ven muy felices de verme y todos los días me piden que me cuide en el trabajo”.
“Yo para ser policía he tenido cursos para saber manejar las armas y tiro”, detalla María Erika, quien además explica que su ingreso a la sección canina lo solicitó debido a que le “gustan los animalitos, los siento como si fueran de mi familia”.
“Todos los días entreno con los perros, mi compañero es Alex, es un perro que me dieron desde cachorrito, el se familiarizó conmigo y desde entonces soy su manejador”, relata.
“Alex es mi compañero de trabajo, todos los días salgó con él a patrullar, es parte de mi equipo, yo lo preparo desde que entramos a turno, después abordamos la patrulla que tenemos asignada y después realizamos los recorridos juntos”.
Todos los días, explica María Erika, se ejercita con el perro, salen a correr juntos, lo viste con su uniforme de policía, le coloca su pechera, collar, también se le cepilla su pelo y le da agua.
Pese a que Alex es su compañero con el que pasa sus ocho horas de trabajo, dice que también otros perros de la corporación le hacen caso, debido a que están adiestrados, “todos los perros nos obedecen”.
“Alex es un perro que está conectado conmigo, ya que desde cachorro lo manejo, es mi acompañante y cuando se enferma me pongo triste y lo mismo sucede con él cuando yo me enfermo”, nos platica.
Alex, refiere, es un belga malinois, con seis años de edad, y se espera que él estará en servicio policial hasta que cumpla los ocho o 10 años. “En las mañanas, durante dos horas, hago el entrenamiento o adiestramiento con él, también juego con él, le doy de comer, trabajamos en rutinas de obediencia, después se les deja descansar un rato antes de irnos a patrullar durante seis horas”.
Alex es un perro de ataque, motivo por el cual no se deja acariciar por personas desconocidas, dice María Erika, quien concluye la plática, al reiterar que para ella es “un gran orgullo” ser una de las dos mujeres que son integrantes del grupo canino de la Policía Municipal Corregidora.
De acuerdo con información de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Corregidora, en el grupo canino de esta demarcación, hay 22 perros que han sido preparados para identificar drogas, cadáveres e incluso personas vivas.