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Fidel, un pastor belga, es uno de los 22 perros que integran el equipo de la Policía Canina de Corregidora, que ha sido preparado para identificar drogas, cadáveres e incluso personas vivas, explica Francisco Campos, a quien se le conoce como el comandante Pancho.
El también instructor de la Policía Canina del municipio de Corregidora, explica que Fidel es un perro entrenado para enfrentar situaciones adversas y defender a los policías.
“Es sumamente amigable y tranquilo, pero en el momento de resolver una situación hay que tener cuidado con él”, dice.
Este tipo de caninos, agrega, nunca han probado las drogas, pese a que saben identificarlas: “es una mentira quienes dicen que se drogan los perros”.
Explica que en la policía no se usan drogas reales para entrenar a los perros, sino una técnica para estimular los sentidos, entre ellos el olfato.
Una de las técnicas, abunda, es utilizar tubos que traen olores de drogas, a cadáver, personas vivas, pero son aromas hechos sintéticamente.
A los perros, añade, se les va familiarizando con esos aromas, “es una técnica, nosotros traemos una pelota que se la damos para que jueguen, pero ahí también le acercamos el aroma, pueden ser más de 10 aromas y todos aprende a detectarlos, es muy difícil lograrlo, pero se le estimula el olfato”, comenta
Precisa que estos perros son muy activos, salen todos los días a la calle, pero más de noche, “con la percha que tienen se busca disuadir cualquier disturbio, hay gente muy agresiva, ya sea porque han consumido alguna droga o alcohol, pero al ver al perro le bajan a su comportamiento”.
Los perros policía, explica, son animales de mucho carácter, pues se acostumbran a estar con una sola persona, que es su manejador, “se pelean entre sí, pese a que se respetan en el entrenamiento, pero si se les deja en una jaula juntos se van a matar debido a que son perros alfa, son líderes”.
Francisco Campos destaca que además de ser unas mascotas, son compañeros de los policías, todos los días trabajan y tienen una alimentación especial, son cepillados.
Pueden convivir con las personas, “son muy sociables, pero también tienen su momento de ser útiles, nos sirven tanto para búsqueda de personas, de enervantes como para obediencia, protección. Son unos atletas, por lo cual deben de tener una buena alimentación”.
La base de un perro de policía, expone, es el juego, “nunca deja de jugar, nunca se da cuenta que está trabajando, nos está obedeciendo porque quiere que juguemos con él, siempre juego y comida”.
Añade que los caninos se condicionan a realizar las cosas, “yo le digo al perro te voy a dar comida y te subes acá y me obedece. Se les condiciona a recibir órdenes y ofrecer protección”.
El primer año del perro, dice, es una etapa de entrenamiento y luego viene la maduración y acondicionamiento. “Desde los dos años son perros maduros y ya se les puede confiar situaciones en la calle”, señala.
El canino, precisa, tiene ocho años en promedio de vida activa en la policía, aunque hay algunos que llegan a diez. “En la Policía de Corregidora tenemos tres animales que ya están viejitos y no se les saca a trabajar”.
El instructor explica que el perro es compañero del policía uniformado, se va con a su casa, duerme con él, y el policía es quien le da de comer, lo atiende, “por lo que se crea un vínculo muy estrecho con ellos”.
La Policía Canina de Corregidora realiza los sábados exhibiciones en la explanada de la sede de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, se busca que las personas conozcan el trabajo de este equipo.
“Es una exhibición con la cual se busca generar sensibilidad al ciudadano en relación al cuidado del animal, se le debe sacar a pasear y limpiar las heces para que no haya conflictos con los vecinos”, menciona.
Campos resalta que es una de las acciones que se realiza en materia de prevención del delito y con ello se lleva una cultura del cuidado a la ciudadanía y cultura de paz, para tener una mejor armonía en el municipio.