Max, el perrito que vendía cupcakes para pagar estudios médicos y tratamiento en el kiosco de una plaza de Hermosillo, Sonora, perdió la batalla la mañana de este domingo 2 de febrero.
Su dueña, Yoselin Macías, una estilista de mascotas, con gran pesar escribió un mensaje de agradecimiento a las personas que estuvieron pendientes de la salud del perrito husky siberiano que fue desechado de un criadero de especies animales porque tenía “bolas” en su cuerpo y requería atención especializada.
El estudio y tratamiento salía caro a la joven de 24 años de edad, por lo que decidió apoyarse en Facebook para pedir apoyo.
“Soy Max me desecharon de un criadero de perros porque estoy enfermo, tengo todos los ganglios de mi cuerpo inflamados (cuello, manos, patas, estómago, cabeza, todo) el más grande está en el cuello necesito que me realicen una biopsia para ver qué tengo, tiene un costo de mil 300 pesos aproximadamente”, publicó la joven el pasado 16 de enero junto a la foto de Max.
Días atrás había sido abandonado por el dueño y la fugaz aventura del perrito inició con el amor de su nueva ama que con todas sus fuerzas trató de salvarlo.
“Me ubico en la colonia Palo Verde para las personas que quieran hacer sus pedidos de cupcakes o mini donitas, queso crema, azúcar glass, chantillí”, promovió.
Luego, se llevaron la venta a la Plaza Zaragoza y en el Kiosco frente a la Catedral Metropolitana hicieron su espacio, donde recibieron apoyo por los conmovidos asistentes al lugar, en fin de semana.
Este domingo Yoselin publicó: “amigos, lamentablemente Max falleció está mañana, le realizarán una necropsia para determinar la causa del fallecimiento y posteriormente lo llevaremos a un crematorio de mascotas”.
Agradeció el apoyo que les brindaron, “nunca voy a olvidar todas las cosas tan bonitas que nos pasaron juntos en este tiempo, tanto amor que nos mandaron de todas partes del mundo.
“Es una noticia muy dura pero lo que me consuela es que estas tres semanas Max conoció el verdadero amor y no murió cruelmente en donde vivía anteriormente, yo hice humanamente todo lo que pude, también su doctora”, externó.
“Mi querido Max, no se me concedió verte jugar y correr como tanto deseaba pero se que cuando me toque partir serás lo primero que vea y prometo jugar mucho contigo”, publicó en su despedida al prometer que cuidará de otros perritos.
Sobre los últimos momentos de Max, dijo que anoche se veía muy cansado, su respiración muy agitada, al ponerse en contacto con la doctora, le indicó reposo porque todo lo demás se estaba tratando.
Cenó bien, tomó agua y estaba descansando. “Esta mañana a las 5 AM, Max entró a mi cuarto, cosa que el nunca hacía, el dormía en la sala se quedaba viéndome, nunca voy a olvidar eso después durmió mucho aún lado de mi cama, aún lado mío, yo volví a dormirme y cuando desperté el ya había fallecido”.