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“Sólo agárrelo bien, por favor”, dice Ma. del Carmen Hernández Lugo, enfermera del Centro de Salud Doctor Pedro Escobedo, a los dueños de un perro de la raza husky, el cual recibirá su vacuna antirrábica en el módulo dispuesto para tal fin.
Carmen, con 31 años como enfermera de profesión, explica que en su trabajo hace todas las actividades que hagan falta, desde la toma de signos vitales hasta la vacunación. “Desde curaciones y todo eso. Ahora nos tocó la campaña de vacunación (antirrábica). Nuestro lema es más que nada proteger. Y aquí estamos”.
Indica que en la marcha sabe qué actividades tendrá qué hacer, aunque no se imaginaba que iba a vacunar a perros y gatos en las campañas de vacunación que se hacen dos veces al año.
“Pero ahí estamos, para evitar rabia en los perros y los gatos”, apunta y agrega que ya ha participado dos años en el Centro de Salud Pedro Escobedo, pero antes, en San Isidro Miranda y en San José el Alto, lo había hecho, por lo que la actividad no es desconocida para ella.
Comenta que la afluencia a los diferentes centros de salud es diferente. Mientras en las comunidades se colocan módulos en puntos estratégicos en diferentes colonias, se da difusión y llegan las personas con sus mascotas. Destaca que sólo se vacunan a perros y gatos. Otras especies animales requieren otro tipo de atención.
Una mujer mayor y un adolescente llegan con Perla y Gino, dos perros que serán vacunados. Perla, de la raza chihuahua, es atendida primero por Carmen. La enfermera le pide a la dueña que lo sujete bien, para evitar que animal gire y muerda de forma instintiva. Tras ser vacunada, Perla no pone la pata en el suelo. Después de unos minutos camina de manera normal.
En tanto, Gino reacciona con más tranquilidad. Es sostenido por el adolescente. Carmen aplica la vacuna rápidamente. Parece que Gino no se dio cuenta de lo que sucedió. Mascotas y humanos se retiran satisfechos con el servicio de Carmen y la doctora que está en el módulo, donde se da un comprobante de vacunación para los dueños de los animales.
Una mujer se acerca a preguntar hasta cuándo estarán vacunando en el centro de salud. Carmen le informa que estarán hasta hoy sábado.
“Estamos de ocho de la mañana a una y media de la tarde. Hasta el sábado. También en diferentes puntos de vacunación. Por ejemplo, en Ensueño, Ejido Modelo, La Pradera, Hércules, y en otros puestos”, precisa.
Carmen asegura que las jornadas son intensas. El domingo pasado, cuando comenzaron la campaña, en el puesto de vacunación que le fue asignado en la colonia Ensueño, vacunó entre 115 y 120 perros.
Reconoce que siente algo de nervios cuando vacuna a caninos grandes, pero sólo con que los dueños los agarren bien es más que suficiente. También vacuna gatos, pero reconoce que son más complicados.
“Los gatos llegan luego en su bolsa y a través de la bolsa, o lo agarran bien. Más temprano llegó una señora con su gato en una tipo jaula. Le tuvimos que pedir que lo sacara porque en la jaula no se podía vacunar, no se podía maniobrar ahí”.
Carmen explica que la mejor manera para sujetar a las mascotas es colocar, cuando son pequeñas, la cabeza abajo de la axila del dueño, mientras ella u otra persona sujeta la pata y ella aplica la vacuna. “Ese perrito o ese gatito tiene que salir de aquí vacunado”, afirma segura.
La mayoría de la gente agradece los servicios de Carmen, además de advertir que las mascotas muerden. A lo que responde que sólo necesitan sujetarlas bien, para que nadie salga lastimado.
Un hombre llega a bordo de una motoneta que estaciona junto al módulo de vacunación. Trae a un pug. Espera unos minutos, mientras vacunan a otros dos perros. Luego es el turno del pequeño can, que es vacunado en segundos y sin contratiempos. Es una mascota noble. Casi no se movió y no fue complicado sujetarlo.
Una mujer de mediana edad llega acompañada de una menor, de unos seis años. Llevan a tres perros, dos de raza pequeña y uno de raza mediana. Se turnan para vacunarlos, pues sólo la mujer adulta puede controlar a los perros para que la aplicación de la vacuna sea segura para Carmen y los perros, pues se pueden mover y no aplicar de manera correcta el biológico o incluso lastimarlos.
En pocos minutos los tres perros están vacunados y la mujer y su hija se retiran contentas de haber cumplido con la vacunación de sus mascotas. “Uno se queda con un buen sabor de boca”, asegura Carmen.
Recomienda, en caso de haber sido mordido por un animal, no matarlo y tenerlo en observación durante 10 días, para ver si no presenta síntomas de rabia, como rechazo a la luz y al agua. Esos son indicios de un animal con rabia.
Aunque en la capital queretana no se está tanto en contacto con fauna silvestre que pueda contagiar rabia, como los murciélagos, es importante vacunar a las mascotas, pues también hay ratas que puedan estar en contacto con perros o gatos, siendo un riesgo para los animales domésticos.
“Hay que procurar, hasta donde esté a nuestro alcance, vacunar a perros y gatos. La gente se debe de acercar. Hay personas que nos dicen que sus perros son muy bravos, y no los traen. No damos las vacunas para llevar, primero por el traslado. En el termo aquí la vacuna está a dos grados. Ahorita el calor está muy fuerte y cuando lleguen a sus casas ya no van a tener vacuna.Estamos haciéndole la invitación a la gente que vaya a los módulos de vacunación, a inmunizar a sus mascotas, perros y gatos”, puntualiza.