Aunque el pasado 10 de enero, la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Querétaro confirmó la sentencia en contra de Benjamín “N” por el asesinato de los perros de rescate Athos y Tango, y las lesiones en contra Balam, el inculpado sigue en libertad con medidas precautorias, por lo que podría tardar un año más en pisar la cárcel y cumplir la sentencia en su contra.
El juicio, que concluyó en agosto de 2022, fue el primero en el país que juzgó penalmente a un maltratador de animales, también fue la primera vez en que se obtuvo una condena de prisión por este tipo de delito; sin embargo, la defensa ha interpuesto recursos que han retrasado su cumplimiento.
“Una vez que se emite la sentencia, el sentenciado tiene la posibilidad de impugnar, este recurso lo resuelve y lo analiza la Sala Penal del Tribunal Superior y la resolución nos la notificaron el viernes, donde se confirma la sentencia en todos y cada uno de sus puntos”, explicó Mónica Huerta Muñoz, abogada del caso.
Detalló que la defensa argumentó estar inconforme y mostró evidencia legal que supuestamente soportaba su apelación, sin embargo confirmaron los 10.6 años de prisión y 2.3 millones de pesos de reparación del daño.
Aunque ya fue sentenciado, el responsable aún se encuentra en libertad y podría alargarse un año más el cumplimiento de dicha condena.
“Tendría que pasar [el fallo en prisión] en el momento en que se ejecute la sentencia. Para el estado la sentencia queda firme; sin embargo, hay otro recurso, que es el amparo directo, que podría darle hasta un año; ya verá si hace uso de él o no, nosotros pediremos la ejecución y lo que determinen las autoridades”, señaló.