El Marqués, Qro.-
En la comunidad Coyotillos, en el municipio de El Marqués; existe un pequeño santuario para el perro adulto, de tallas medianas a grandes; mismos que difícilmente son adoptados debido a su edad y su peso.
“La mayoría de las personas buscan perros cachorros o de talla pequeña, yo refugio a perros adultos, la mayoría tiene de siete a 13 años”, dice Ana Kari Solís, quien actualmente mantiene a 120 caninos en su refugio animal llamado Peludos Nice.
Los perros viven felices en el refugio cuyas dimensiones supera los 2 mil metros cuadrados; entre ellos se corretean, juegan, descansan bajo la sombra de los árboles y se respetan entre sí.
Ana Kari considera que todos los caninos son como sus hijos; y con la mano en el corazón dice “la verdad es que ellos me aman y yo los amo muchísimo, sé el nombre de cada uno, sé sus edades, conozco su carácter“; pero a pesar de este amor correspondido, ella sueña con que cada uno encuentre una familia propia.
En lo que va del año el refugio Peludos Nice sólo ha le encontrado hogar a seis caninos, en parte debido a la escasa cultura de adopción, pero también a los estrictos controles de seguridad y requisitos que Ana Kari utiliza en cada proceso, pues dice, lo más importante es que el animal deje el refugio para estar con una familia responsable y comprometida.
Actualmente, el refugio está saturado, a la protectora apenas le alcanza el tiempo para atender a 120 perros.
“Ya no puedo recibir más perros, me es imposible; si los perritos que tengo ahora poco a poco van saliendo en adopción, podríamos recibir de nuevo, comenta.
Peludos Nice funciona gracias al apoyo y donaciones de los ciudadanos comprometidos con el cuidado animal. De manera constante, los benefactores apoyan con 200, 300 o 500 pesos mensuales; algunos apoyan con alimento o acuden al refugio para bañar a los peludos y ayudar con demás reparaciones del lugar. Sin embargo, a pesar de la buena voluntad de los ciudadanos, la contingencia sanitaria por Covid-19 ha mermado los apoyos.
“Afortunadamente hay muchas personas comprometidas con el tema y son ellos los que mantienen el refugio funcionando, me dedico de tiempo completo a esto, son 120 perros que necesitan vigilancia y atenciones todos los días, las 24 horas. Con esto de la contingencia han bajado las donaciones, y es entendible, le pedimos a las personas que tienen posibilidad de apoyar, que lo hagan, con lo que cada uno pueda a nosotros nos ayuda mucho”, dice.
Para atender a los 120 perros, Ana requiere, en promedio, 30 mil pesos mensuales para alimento y gastos médicos; los animales comen una tonelada y media de alimento al mes.
Desde hace 2 años, Ana Kari trabaja para trasladarse a un nuevo refugio con mayores dimensiones; el terreno fue donado pero necesita acondicionarlo, se requiere una barda perimetral, jaulas y demás. Ya ha recibido donaciones que le permiten avanzar, pero aún le falta.
“Necesitamos muchos padrinos para lograr este sueño, no importa la cantidad, sino la constancia, a lo mejor hay personas que pueden apoyar con 100 pesos cada mes, o 200. Siempre mando fotos del lugar para que vean el avance, lo que se está haciendo, este es un terreno más grande, podríamos ayudar a más perros, no tendríamos que pagar renta”, destaca.
Los interesados en apoyar a Peludos Nice, ya sea para el funcionamiento de la estancia actual o para concretar el nuevo proyecto, pueden contactar a Ana Kari al número 442 479 5553.
Aunque es arquitecta de profesión, Ana se dedica de lleno a atender su refugio animal, desde hace 12 años. Antes combinaba su profesión con el trabajo altruista, inicialmente rescató un perro, después fueron cinco, después 10 y en más de una década tiene un refugio con 120 huéspedes.
En un momento dado, renunció a su vida profesional para dedicarse a su verdadero amor: ayudar a los perros desprotegidos. Anteriormente, tuvo negocios de estética y pensión canina, pero fue el albergue animal donde Ana Kari detectó una verdadera necesidad.
“Los perros del refugio llegaron aquí después de vivir violencia o abandono, algunas personas los trajeron aquí cuando eran cachorros con la promesa de que iban a ayudar a su manutención pero sólo dejaron 200 pesos y jamás los volví a ver. Mi refugio está libre de muertes, aquí no se duerme a ningún animal a menos que esté sufriendo por algún accidente o alguna enfermedad, por eso tengo animales tan viejitos porque pasan toda su vida aquí conmigo.
“La mayoría de las personas no quiere adoptar perros de color negro, ni adultos o de talla grande y eso es de lo que más tenemos aquí, los refugiamos y trabajamos muy duro por buscarles una familia, porque sabemos que son los que menos suerte tienen”, comenta.
Ana explica que si hay algún interesado en adoptar a alguno de sus perros refugiados, se ponga en contacto para conocer los requisitos de adopción y también a los adoptables.
“Yo puedo enviarles fotografías, puedo sugerirles algún perro de acuerdo a sus necesidades, a su vivienda, a su tipo de familia, si quieren un perro pequeño podemos buscarlo en otro albergue, lo importante es que cada vez sean más perritos los que encuentren una familia”, comenta la protectora de animales.