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Este viernes se llevó a cabo el cuarto día de desahogo de pruebas en el juicio penal que se realiza en contra de Benjamín “N”, quien es acusado de envenenar a los perros de rescate y asistencia emocional, Athos y Tango, el pasado 13 de junio de 2021, en la ciudad de Querétaro.
Antes de iniciar la audiencia, la abogada del denunciante informó que entre los testigos estuvieron el coordinador general de Cruz Roja nacional, dos comandantes de bomberos y uno de Guatemala.
“El proceso ha sido cansado, largo, confianza (en ganar) desde el día uno, esperamos que las cosas sean favorables”, declaró en momentos previos.
Sin embargo, posteriormente reveló que, el que sería el último día de audiencias para este juicio, se extendió hasta el próximo lunes 22 de agosto, debido a que no se pudo llegar a una resolución, por lo que la sentencia será aplazada para la siguiente semana, tras cuatro días donde se presentaron más de 30 testigos, entre ellos, expertos en búsqueda y rescate, bomberos, paramédicos, de Querétaro, México y Guatemala.
En una sala prácticamente vacía, en la que sólo se encontraba la juez, la parte acusatoria y la defensa, dio inicio en punto de las 9:30 horas la audiencia en los Juzgados de Oralidad Penal de Querétaro, ubicados a un costado del Centro de Rehabilitación Social (Cereso), donde la primer testigo fue la especialista en sicopsiquiatría, Patria Hernández, quien fue la encargada de realizar la evaluación sicológica y emocional de Édgar Martínez, entrenador de Athos y Tango, tras los hechos ocurridos en junio del año pasado.
La especialista señaló que, tras el análisis realizado a Édgar, se diagnosticó trastorno depresivo mayor moderado y trastorno de estrés postraumático, por lo que se le tuvo que recetar un tratamiento farmacológico a base de antidepresivos.
Declaró que, durante la evaluación que realizó de Édgar, éste mostró síntomas de tristeza, fatiga, irritabilidad, descuido en su higiene, aislamiento social y cierto grado de disfunción laboral y social, además de pesadillas relacionadas con la muerte de Athos y Tango, lo que motivó el tratamiento farmacológico y deberá continuar en tratamiento terapéutico.
Otro de los testigos que acudió fue el comandante Óscar Guevara, quien ha pertenecido a diversas corporaciones en el país y actualmente forma parte de los Bomberos de El Marqués, quien relató los eventos que le tocó vivir al lado de Édgar Martínez y Athos, quien, cabe recordar, estaba certificado para la búsqueda y rescate de personas vivas y cadáveres.
Entre los llamados a los que acudió con Athos, relató, se encuentra el sismo del 7 de septiembre de 2017, fueron a Juchitán, Oaxaca, donde se registró el derrumbe del Palacio Municipal, en el que quedaron víctimas enterradas y Athos localizó siete cadáveres para su recuperación.
Recordó que si bien el llamado al grupo de rescate al que pertenecía Athos se realizó dos días después de que colapsaron los edificios del lugar, binomios caninos como él permiten la localización de las víctimas entre los escombros, pues de acuerdo con los protocolos internacionales, se cuenta únicamente con siete días para la localización de personas y cuerpos, antes de que ingrese la maquinaria pesada, donde se llevan los cuerpos entre el escombro.
“Al final del día, cuando llegamos a un evento como ese, nosotros vemos un montón de escombros y es cuando se vuelve casi indispensable la localización con este tipo de animales. Ninguno de los presentes estamos exentos de estar en esa situación y hay familiares que, incluso, hablaban con él (Athos), que acompañó y dio tranquilidad a los familiares, porque además del rescate, el acompañamiento de estos perros también es emocional”, expuso.
Además, resaltó que en sus más de 35 años de experiencia, ésta fue la primera ocasión en que le tocó coincidir con un binomio que ayudara en labores de rescate dentro de cuerpos de agua, pues la localización de víctimas en estos lugares es mucho más complicada para un perro, que debe localizarlos a través del sentido del olfato.
“No conocía un perro que buscara personas muertas en cuerpos de agua, cuando existe un testigo que nos dice dónde está, es fácil localizarla, pero si no hay nadie que nos diga, lo vuelve más difícil”, declaró.
Detalló que fue en la presa del Carmen, en la comunidad de Pocitos, en El Marqués, donde le tocó ser testigo de cómo Athos guiaba la expedición de búsqueda, colocándose en la punta de la lancha y marcando el rumbo con su nariz, para una vez localizada, ladrar y lanzarse al agua, lo que era la señal para que entraran los buzos de rescate.
En el tiempo en que compartió corporación con Athos, estimó que participó en cerca de 25 rescates de personas en cuerpos de agua, lo que en promedio, con la ayuda del binomio, se llevaba entre dos y tres horas, pero que, previo a la llegada de Athos, el récord de tiempo de localización de una persona en un cuerpo de agua fue de 28 días.
“Yo era de las personas escépticas (sobre el uso de binomios caninos en rescates), pero me demostraron el trabajo y los resultados y creí en ellos”, dijo.
Entre muchos otros casos en los que narró la participación de Athos, el comandante puntualizó que algunos estados del país, donde la delincuencia es alta, hubo gobiernos y fiscalías que solicitaron la asistencia de Athos para la localización de fosas clandestinas.