Sentados o de pie, pasamos años mirando el río. El agua que fluye es la vida misma, hecha de dolor y gozo, de algunas experiencias definitivas y millones de instantes que se repiten un día tras otro hasta llenar los calendarios.

Más allá, hay quienes se atreven a desafiar una corriente impetuosa y nadan a la otra orilla, en lugares donde el río se angosta. Esos son los inventores, los jefes de grupo, los creadores de arte. También hay constructores de puentes que se levantan en el horizonte, destinados a quienes pueden pagar la tarifa para cruzar al otro lado, donde hay ciudades legendarias y paisajes que inspiran a los artistas.

Conforme pasa la vida, vamos acumulando conocimientos, desarrollando habilidades y adquiriendo destrezas. Los hacemos pasar por el tamiz del criterio, nos quedamos con los más valiosos y entregamos a los jóvenes algunos que nos han sido útiles, para que ellos construyan sus propias vidas.

Como legado, cada uno tiene una piedra en la mano: las empresas que fundó, el trabajo realizado. Cuando la persona se detiene a ver el río, lanza su piedra con todas sus fuerzas.

Algunos sólo crean un guijarro, que cae cerca de la orilla y no afecta la superficie del agua. Hay otros que lanzan piedras enormes, que caen al centro, provocan una explosión, levantan chorros hacia el cielo y provocan ondas concéntricas, que pueden abarcar de una orilla a otra. Estos seres humanos hacen Historia.

El programa Líderes del Mañana, del Tec de Monterrey, es un puente para jóvenes estudiantes que reúnen tres requisitos: tener un desempeño académico sobresaliente, carecer de recursos económicos y diseñar un proyecto para beneficio de su propia comunidad.

La asociación civil Jóvenes Adelante abre muchas puertas y pavimenta el camino de sus beneficiarios. Dice su página web: “Somos una organización sin fines de lucro que otorga becas y oportunidades a estudiantes de San Miguel de Allende que tienen la meta de estudiar una carrera universitaria, brindando apoyo económico mensual, mentores para apoyo personalizado, préstamo de laptop, talleres para desarrollar sus habilidades de vida, profesionalismo y liderazgo”.

Estas dos instituciones, cuyas acciones se complementan, ofrecen esperanza a las familias de los chicos elegidos, quienes no tendrán que desertar del estudio. Con el ingreso económico asegurado, los becarios se dedican a hacer realidad sus sueños. El beneficio de estos programas llega a sus familias inmediatas, digamos 5 personas por estudiante. Después, en el siguiente círculo, llega a los abuelos, tíos, primos, vecinos, amigos y compañeros de aula. Otras 30 personas. Líderes del Mañana ha beneficiado a cerca de dos mil estudiantes. Si multiplicamos cada caso por 36, tendremos 72 mil personas.

Esa cifra me estremece. Estas vidas han sido transformadas gracias al apoyo de familias y empresas que llevan el compromiso social como centro de sus acciones.

“Hoy en día, se requieren oportunidades para crear valor donde este es muy limitado. Como sociedad, potenciar el talento de estos jóvenes es uno de nuestros más valiosos activos y es responsabilidad de todos el darles las oportunidades para convertirse en los líderes y agentes de cambio que México necesita”, dice la plataforma del Tec.

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